Visión del estudiante de bachillerato sobre su experiencia educativa en las estancias de investigación en la UNAM

Visión del estudiante de bachillerato sobre su experiencia educativa en las estancias de investigación en la UNAM

Dra. Martha Patricia García Morales 
Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM 

Resumen 

Interesar a los jóvenes en la ciencia desde el bachillerato es una tarea que la Universidad Nacional Autónoma de México ha considerado vital desde hace más de tres décadas a través del programa Jóvenes hacia la Investigación. En este trabajo se consideró fundamental conocer la visión de los estudiantes de nivel medio superior respecto a su experiencia educativa en las estancias de investigación, a partir de narrar sus vivencias considerando aquello relevante o significativo vivido en términos de sus percepciones profesionales e investigativas que a futuro visualizan después de su experiencia en las estancias de investigación de la UNAM. 

Palabras clave 

Experiencia educativa, habilidades de investigación, práctica docente, educación no formal. 

Abstract 

Interested young people in science from high school is a task that the National Autonomous University of Mexico has considered vital for more than three decades through the Youth Towards Research Program, reason why in this work it was considered essential to know the vision of the students of upper secondary level regarding their educational experience in the research stay, from narrating their experiences considering what is relevant or significant lived and in terms of their professional and research perceptions that they visualize in the future after their experience in the research stays of the National Autonomous University of Mexico. 

Keywords 

Educational experience, Research skills, Teaching practice, Non-formal education. 

Introducción 

La ciencia, como el gran apoyo para solucionar los problemas a los que nos enfrentamos como sociedad, siempre será importante cultivar desde varios ámbitos y principalmente desde el educativo, en aras de poner en manos de los jóvenes este gran saber. Por ello, la UNAM ha puesto al alcance de los estudiantes del bachillerato el programa Jóvenes hacia la Investigación (PJI), desde 1989, para interesarlos en la ciencia, en hacer investigación y, por ende, para favorecer que estudien carreras experimentales, a partir de impartirles conferencias en los planteles de la Escuela Nacional Preparatoria y del Colegio de Ciencias Humanidades, organizar visitas guiadas a sus institutos y ofrecerles estancias de investigación durante el periodo interanual para realizar en estos centros de ciencia un proyecto de investigación guiado por un investigador. 

Aunque es un programa creado desde hace más de tres décadas, no se han realizado investigaciones que valoren su eficacia, de ahí la propuesta de un estudio de tipo exploratorio para indagar sobre su alcance en la consecución de sus objetivos como programa al exterior de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia. Como producto de la revisión del estado del conocimiento, se encontró que había algunos estudios análogos o sobre programas que fomentan la investigación como el Verano de la Investigación Científica (VIC), de la Academia Mexicana de las Ciencias; sin embargo, específicamente sobre el PJI, solo se encontró uno que valoró las conferencias que imparten los expertos en diversas disciplinas y que tiene por título Evaluación de la efectividad de las conferencias del programa universitario “Jóvenes hacia la Investigación” como una actividad de orientación vocacional y de divulgación de la ciencia (Serrano, 2002).  

De ahí la importancia de enfocar la temática en las estancias de investigación y conocer por voz propia de los estudiantes su experiencia educativa, saber sobre lo significativo vivido en términos de identificar sus percepciones profesionales e investigativas después de la experiencia, así como indagar sobre las habilidades que consideraron necesarias para hacer investigación y, por último, su impresión respecto a la práctica educativa que implementó el investigador guía, en calidad de docente. Lo anterior permitiría obtener su visión, o lo que visualiza el estudiante en su camino profesional, para corroborar la eficacia de la experiencia para generarle interés en la ciencia o estudiar una carrera experimental, cumpliendo así con los objetivos del PJI.

Fundamentación teórica 

La experiencia educativa, como el constructo principal de este trabajo de investigación, implicó tomar referencias de autores clásicos como John Dewey y Paulo Freire, ya que varios estudios vislumbraban la experiencia educativa aplicada a otro objeto de estudio, de ahí la necesidad de considerar un acercamiento más “puro” o específico hacia lo experimentado por los estudiantes en las estancias de investigación que ofrece el PJI.  

Así, un primer acercamiento conceptual fue considerar la experiencia como ese fenómeno que hace referencia a las relaciones de los individuos con su ambiente, o ese contexto donde les sucede algo al actuar sobre este y viceversa (Dewey, 2004); de ahí que hablamos de una realidad en la que los individuos, al interaccionar, viven una experiencia y obtienen significados de aquella, fenomenológicamente hablando.

Ahora bien, según este enfoque, la experiencia que implica trasformaciones en la manera de actuar y de pensar tiene que ver con lo experimentado o lo vivido por los individuos en interacción con una experiencia que, según una definición fenomenológica, y considerando que es de tipo educativa, implica un evento donde fluyen percepciones, habilidades o capacidades que se incorporan a los individuos como aprendizajes aleccionadores o significativos (Ramírez, s.f.), en función de una práctica educativa del docente, o como esa acción social que se ejerce en la educación con intenciones de incidir en las dimensiones personal, didáctica y valoral de los aprendices (Ramos, 2015). 

De esta manera, las percepciones que fluyen en esa realidad educativa y que implican las estancias de investigación de la UNAM con la intención de generar aprendizajes significativos, están en función de enfocar el beneficio personal, favorecer anhelos profesionales e incentivar el interés de los alumnos en el proyecto de investigación que desarrollan en dichas estancias.  

Asimismo, como producto de esta experiencia educativa, favorecer el desarrollo de habilidades o ese saber hacer en relación con una tarea u objetivo se cristaliza a través de dos vertientes:

En primer lugar, los alumnos ya han desarrollado ciertas habilidades de investigación en el bachillerato de la UNAM, que, durante la estancia, se verán fortalecidas por su guía o investigador mediante la práctica o el ejercicio mismo del quehacer investigativo en términos de que se aprende a investigar investigando (Medina y Barquero, 2012, citado en Jaik, 2013). Por ende, esta experiencia educativa como educación no formal se convierte en un complemento a la educación formal.  

La segunda vertiente para el desarrollo de habilidades está en función de la práctica educativa del docente, quien funge un rol trascendental en la generación de las experiencias educativas de los alumnos al crearlas de acuerdo con recursos didácticos que utiliza en ese hecho educativo con la intención de que les sea significativo o relevante, un aprendizaje aleccionador. 

Por tanto, conocer las percepciones profesionales e identificar las habilidades investigativas desarrolladas o fortalecidas podría representar esa visión de la experiencia educativa de los alumnos que la vivieron durante el periodo interanual de junio de 2019.

Fue importante también tomar en cuenta que no hay un referente específico de cómo se estructura la experiencia educativa en las estancias de investigación de la UNAM, sino que se trata de una propuesta muy particular del investigador en calidad de docente. Una práctica que, según Dewey (2004), requiere de una reflexión permanente para favorecer experiencias educativas que inciten a la curiosidad y fortalezcan la iniciativa de los alumnos. 

No obstante, considerando el foco de atención u objetivo fundamental de fomentar la investigación en los estudiantes que tiene el PJI, hay aspectos claves que deberían prevalecer como parte de la experiencia educativa, como el que “estimule la colaboración […] que dé valor a la ayuda mutua […] que desarrolle el espíritu crítico y la creatividad, y no la pasividad” (Freire, 2011, citado en Ortiz, 2018, p. 153). 

La sistematización podría ser otro elemento a considerar para enriquecer una experiencia educativa, optimizar los procesos de enseñanza aprendizaje y fortalecer y hacer de esa experiencia un acontecimiento significativo para los alumnos, ya que permitiría comprender y transformar esa realidad educativa que implica la estancia de investigación, en otras palabras, tiene que ver con detenerse a reflexionar qué elementos han sido determinantes, por qué y cuáles han sido los momentos significativos que marcan el devenir de una experiencia y que le han dado determinados giros a su puesta en práctica (Gil, 2018). 

Metodología 

Para conocer los significados que emanaron de la experiencia educativa vivida por los estudiantes de bachillerato de la UNAM, se consideró que esta sería comprendida mejor al analizarla desde la propia voz de los individuos que participaron en ella. De ahí la consideración de un enfoque cualitativo para poder describir y conocer una realidad construida por los sujetos involucrados y que, de manera inductiva, permite la revisión de las particularidades del proceso mismo, de esa experiencia educativa que vivieron los estudiantes durante las estancias de investigación. 

En correspondencia con el enfoque cualitativo, se consideró un diseño de investigación que permitiera conocer una realidad construida por los individuos que la conforman en términos de cómo la visualizan en función de los significados que expresan sobre la misma, es decir, considerando un diseño de tipo fenomenológico (Hernández et al., 2014). 

Parte de la estrategia que se aplicó para realizar este estudio implicó contemplarlo de manera exploratoria por dos cuestiones: primero, porque aunque se encontraron algunos estudios análogos sobre programas que fomentan la investigación, estos corresponden a otros organismos, como la Academia Mexicana de las Ciencias, y además se dirigen al nivel superior; la segunda cuestión consiste en que solo se encontró un estudio sobre el PJI, acerca de la importancia de las conferencias que se organizan en el bachillerato durante el año escolar como un recurso de orientación vocacional para los alumnos del nivel medio superior; de ahí que la presente investigación valora al PJI desde otra perspectiva, enfocándolo en las estancias de investigación que se realizan en diferentes institutos de la UNAM.  

En cuanto a la población estudiada, se consideró 10 % de los 420 alumnos que fueron aceptados para realizar una estancia de investigación, con un rango de edades entre 16 y 20 años. La muestra fue no probabilística o al azar, lo cual implica que los resultados obtenidos no se pueden generalizar a la población en general, por tanto, solo son aplicables para describir el fenómeno que se pretende conocer por voz propia de los individuos que lo experimentaron. 

Para la recolección de la información, se diseñó un instrumento de evaluación con 19 preguntas, el cual se estructuró en función de tres dimensiones que se desprendieron del constructo principal “experiencia educativa”: percepciones, habilidades y práctica educativa del docente, las cuales son variables de su definición1  y que lo hicieron medible. 

Resultados: interpretación y análisis 

Después de aplicar 39 entrevistas estructuradas con apoyo del Cuestionario sobre la experiencia educativa de los estudiantes de bachillerato en las estancias de investigación de la UNAM, se consideró, para analizar los datos obtenidos, la estrategia de sistematización inductiva (González, 1998), que implicó realizar una categorización o clasificación conceptual y una codificación de la información. Con dicha estrategia se retomaron de las narrativas de las entrevistas lo que se conoce como las unidades de registro: “oraciones completas con sentido que contemplen sujeto, verbo y complemento” (González, 1998, p. 160), o bien esas unidades de análisis de donde se desprendieron los significados para la descripción de la experiencia educativa.

Esta organización, llevada a cabo para interpretar y transformar los datos en información precisa y que todo análisis requiere, permitió arrojar resultados o advertir relaciones pertinentes para la descripción del fenómeno u objeto de estudio. Asimismo, según González (1998), favoreció cierta detección de patrones de conducta o de significado. 

Por tanto, como resultado de la categorización, cada dimensión proporcionó información que permitió responder a los objetivos del estudio: la dimensión “percepciones” ayudó a identificar algunas perspectivas profesionales e investigativas de los estudiantes que se desprendieron de su experiencia educativa; con la dimensión “habilidades” se indagó sobre las destrezas que, según el alumno, se requieren para hacer investigación; por último, la dimensión “práctica educativa del docente” fue un apoyo para reconocer, desde el punto de vista de los estudiantes, la práctica que implementó el investigador o guía durante la estancia.   

Con los datos obtenidos se pudo ir dando forma a la visión del estudiante sobre su experiencia educativa, tomando como referencia lo relevante en sus primeras impresiones, el saber los efectos prácticamente inmediatos de esa experiencia vivida de manera individual, así como la visión de conjunto u objetividad del fenómeno.

La visión que se desprende de lo expresado por los estudiantes (tomando en cuenta que cada cuestionamiento implicaba considerar las necesidades educativas que se están favoreciendo con las estancias de investigación como ámbitos educativos de tipo no formal) se conforma retomando los resultados obtenidos de las dimensiones en su conjunto.

Respecto a la dimensión “percepciones”, la visión de la experiencia educativa se obtuvo en función de los anhelos profesionales y el beneficio o utilidad tanto personal como profesional que los estudiantes expresaron, así como de la carrera que elegirían. De hecho, la mayoría de los estudiantes se veía, en el futuro, investigando (Figura 1). 

Figura 1

Anhelos profesionales
Aplicación de su proyecto
Beneficio personal
Utilidad en la vida profesional
Carrera que elegirán
Se visualizan investigando

Por su parte, la dimensión “habilidades” sirvió para indagar las destrezas que los estudiantes reconocieron como necesarias para hacer investigación. De acuerdo con las narrativas analizadas, fueron 14 las referidas por los alumnos (manejo de la información, capacidad de análisis, pensamiento crítico, trabajo de campo, responsabilidad, trabajo colaborativo, ser autodidacta, observación, manejo de instrumental, creatividad, constancia, seguridad en sí mismos, redactar y hábito de lectura), varias de ellas propias del quehacer investigativo, pero mencionaron otras que contribuyen a potenciar esta labor: son esas habilidades transversales necesarias para varias disciplinas (Moreno, 2005 en Martínez y Márquez, 2014) (Figura 2). 

Figura 2

Por último, la visión quedó conformada por completo con el reconocimiento de la práctica docente por parte del alumnado y el papel que juega para la propuesta de la experiencia educativa como tal, ya que están en juego los recursos didácticos para fortalecer el aprendizaje de las ciencias o aquellos procedimientos para llegar al conocimiento científico, que en sí favorecerán un aprendizaje que posiblemente sea significativo. En la Figura 3 se aprecian los recursos del docente que dieron soporte a la experiencia educativa.   

Figura 3

Algunas reflexiones 

La complejidad de un hecho educativo quedó de manifiesto con el ejercicio de exploración que el estudio implicó, porque en una experiencia educativa participan sujetos con toda su complejidad como seres humanos, de quienes se intentó conocer su perspectiva o visión de esa experiencia educativa que favorece las estancias de investigación de la UNAM. 

Con este primer acercamiento se focalizó, desde la óptica de la fenomenología, esa experiencia que vivieron los estudiantes en dichas estancias para rescatar sus significados, aquello que tuvo sentido para los alumnos y que expresaron como lo más relevante según su óptica y en respuesta a los diferentes cuestionamientos respecto a sus percepciones profesionales e investigativas. 

Por tanto, la visión del alumno de bachillerato que quedó señalada con la presente exploración solo da pauta a reconocer ciertos patrones de conducta y que hay elementos que favorecen un aprendizaje significativo, considerando aspectos que la caracterizan, como esta idea de aprender a investigar investigando, así como la motivación o el interés en el beneficio o utilidad del conocimiento impartido durante la experiencia educativa y que favorece lo significativo, esto es, cuando el aprendizaje está motivado por el interés del estudiante y está cargado de satisfacción (Chávez, 2005).

Asimismo, fue posible inferir una probable experiencia significativa, ya que, según sus primeras impresiones, la mayoría de los estudiantes entrevistados pretenden estudiar carreras experimentales y se visualizan como investigadores en el futuro. 


Notas

1 Experiencia educativa es un evento donde fluyen percepciones y habilidades o capacidades que se incorporan a los individuos como aprendizajes aleccionadores o significativos (Ramírez, s.f.), en función de una práctica educativa del docente o esa acción social que se ejerce en la educación con intenciones de incidir en las dimensiones personal, didáctica y valoral de los aprendices (Ramos, 2015).

Referencias 

Chávez, M. (2005). Una experiencia educativa innovadora. Revista Electrónica de Educación Sinéctica, 98-102. 

Dewey, J. (2004). Experiencia y educación [serie Clásicos: Memoria y crítica de la educación].  Biblioteca Nueva. 

Gil, L. (2018). “Investigación y sistematización de experiencias educativas”. En La formación docente: horizontes y rutas de innovación [pp. 547-586]. CLACSO. https://www.jstor.org/stable/j.ctvnp0k1g  

González, L. (1998). “La sistematización y análisis de los datos cualitativos”. En Tras las vetas de la investigación cualitativa. Perspectivas y acercamientos desde la práctica [pp. 158-173]. ITESO, Universidad Jesuita de Guadalajara. 

Hernández, R., Fernández, C. y Baptista, P. (2014). Metodología de la investigación [6ª ed.]. McGraw-Hill Education. 

Jaik, A. (2013). Competencias investigativas. Una mirada a la educación superior. Instituto Politécnico Nacional, ReDIE. 

Ortiz, F. (2018). “Pensamiento crítico y formación docente: retos de la educación superior”. En Formación docente y pensamiento crítico en Paulo Freire [pp. 151-169]. CLACSO. https://www.jstor.org/stable/j.ctvnp0jhs.11 

Ramírez, J. (s.f.). Notas acerca de la noción de experiencia educativa. Educación y Ciudad, 11, 120-136.  

Ramos, M. (2015). ¿Qué es la práctica educativa? Revista Educarnos, diciembre. https://revistaeducarnos.com/que-es-la-practica-educativa/ 

Serrano, A. (2002). Evaluación de la efectividad de las conferencias del programa universitario “Jóvenes hacia la Investigación” como una actividad de orientación vocacional y de divulgación de la ciencia [Tesis de licenciatura para obtener el título de Biólogo]. Universidad Nacional Autónoma de México.